Comer lechosa ayuda a acabar con los parásitos intestinales
La lechosa es un aliado maravilloso para mantener un sistema digestivo funcionando en óptimas condiciones, debido a la enzima llamada papaína que se encuentra presente en la fruta.
El consumo de lechosa en forma de fruta fresca, jugos, batidos o como parte de una ensalada, estimula el movimiento o motilidad intestinal (combate el estreñimiento) por su alto contenido de fibra y propiedades de la papaína.
Igualmente, una investigación reciente de un grupo de estudiantes de la Universidad de Karachi, India descubrió que las semillas de lechosa contiene altos niveles de enzimas proteolíticas y un alcaloide llamado carpaine que ha demostrado ser muy eficaz para acabar con los gusanos de los parásitos intestinales y las amebas.
Contiene carotenoides de luteína (absorbe los rayos ultravioletas del sol evitando que estos hagan daño a la retina) y de zeaxantina (protege las sustancias grasas en el interior de los ojos de los daños causados por los radicales libres) que nos pueden proteger contra el desarrollo de cataratas, glaucoma y otras enfermedades oculares crónicas.
Finalmente, los altos niveles de vitamina C y de vitamina E, junto con los antioxidantes como el beta-caroteno y el licopeno de la lechosa pueden ayudarnos a reducir la oxidación del colesterol en nuestras arterias. La recomendación internacional que da la Organización Mundial de la Salud (OMS), es no superar los 300 mg diarios de colesterol en la dieta e ingerir frutas y verduras.