13/05/2024

Alimentación de los niños condiciona su salud en la adultez

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Alimentación de los niños condiciona su salud en la adultez

Obesidad e hipertensión son dos males asociados al consumo de la llamada comida chatarra. La alimentación de los niños condiciona su salud en la adultez, de acuerdo con el criterio del médico Luis Hidalgo, reconocido especialista en la materia.

Hidalgo no duda en afirmar que el consumo de sal causa males prematuros en los niños, incluso problemas cardiovasculares que no tendrían que estar padeciendo a tan temprana edad.

Niños que consumen sal en exceso están comprometiendo su futuro sin saberlo. Muchos infantes sienten una especial atracción por las papas fritas saladas, ignorando lo que sucede después dentro de sus respectivos cuerpos.

Especias como el orégano y albahaca pueden ser perfectos sustitutos de la sal en todos los alimentos, así como también el limón o la pimienta.

Padres y representantes deben armarse de valor y de decisión para colocar límites a los niños en cuanto al consumo de comida chatarra, especialmente de alimentos con alto contenido de sal.

Representantes del Colegio de Dietistas de Murcia ofrecen cursos gratuitos a padres y representantes para que desarrollen en sus hijos los mejores hábitos alimenticios, desde temprana edad. Los adultos deben colocar a raya la ingesta de comida chatarra, especialmente las que venden en las grandes cadenas de comida rápida, como Mc Donald’s.

Representantes de la Sociedad Venezolana de Cardiología señalan que la prevalencia de la hipertensión arterial en Venezuela es de aproximadamente 40 por ciento, es decir, casi la mitad de la población está afectada por esta enfermedad.

Expertos en la materia, como Juan Colán, señalan que la hipertensión incrementa las cifras de mortalidad, pues muchos no se dan cuenta del padecimiento sino cuando su cuadro clínico se complica, a veces de manera irremediable.

Estadísticas manejadas por la Sociedad Venezolana de Cardiología indican que la prevalencia de la hipertensión arterial era de 32 por ciento hace dos décadas, pero ha habido un repunte en este indicador como consecuencia de los malos hábitos alimenticios, el alto consumo de sal y el sedentarismo.

Por La Lupa Digital

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