Latinoamérica alberga a 360 millones de personas con sobrepeso
Expertos en el ámbito de la salud señalan que Latinoamérica alberga a 360 millones de personas con sobrepeso, lo que preocupa a numerosos gobiernos por las consecuencias que ello pueda tener.
Sobrepeso y obesidad son una pandemia en Latinoamérica de acuerdo con los resultados de investigaciones recientemente dadas a conocer por la Organización Panamericana de la Salud.
Mujeres de distintas edades sobrepasan a los hombres en esta estadística. El conteo incluye con preocupación a niños, niñas y adolescentes.
Médicos internistas señalan que la obesidad no solo causa enfermedades en el individuo, sino que lo deja potencialmente infértil, es decir, sin la posibilidad de tener descendencia.
Hombres con obesidad presentan una menor calidad seminal en comparación con hombres con un peso normal. En las del sexo femenino, la calidad de los óvulos desciende como consecuencia del sobrepeso.
Enfermedades metabólicas de todo tipo pueden ser padecidas por las personas obesas. Entre los obesos es común enfermedades como la diabetes y patologías cardiovasculares. También existe el riesgo de que padezcan cáncer o trastornos del neurodesarrollo.
Obesidad y embarazo constituyen una mala combinación según los expertos. Los riesgos de aborto clínico se incrementan bajo esta condición, así como las posibilidades de padecer hipertensión o diabetes gestacional.
Fetos en gestación sufren además por las consecuencias de tener a una madre con sobrepeso. En estos casos, no se descarta la posibilidad de malformaciones congénitas.
Desorden mental
Angustia y estrés son dos emociones negativas que mucha gente suele canalizar comiendo de más. La obesidad se considera un desorden mental, de acuerdo con el criterio de Bethania Blanco, profesional en materia de nutrición.
Blanco no duda en afirmar que diversos problemas de salud mental dan pie a la obesidad. Estas personas padecen diversos inconvenientes de orden emocional y recurren a la comida como tabla de salvación.
Cadenas de comida rápida se enriquecen a diario con las compras de estos compradores compulsivos, quienes están dispuestos a gastar lo que sea necesario con tal de satisfacer su apetito voraz.
Grasas saturadas se encuentran contenidas en un alto porcentaje en esta comida chatarra. Algunos países han establecido leyes estrictas a fin de que las cadenas de comida rápida no atenten contra la salud pública.
Por La Lupa Digital
