12/05/2024

ATENCIÓN | Comer en familia ayuda a los adolescentes

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Compartir como familia en la mesa ayuda a la integración en distintos niveles. Un desayuno, cena o merienda corta puede representar un momento ideal para establecer esa cercanía, especialmente cuando se cuenta con hijos adolescentes que quieran y desean independencia.

Así lo sugiere la psicóloga Isabel Rangel  a través de un artículo en el cual destaca, además, que una comida al día en familia, permite:

La oportunidad de conversar sin que parezca forzado: compartir la mesa durante una comida completa hace que sea mucho más natural preguntarles a tus hijos sobre su día y sus planes. Permite, además, que todos se vean y se enteren de los últimos acontecimientos en la vida de todos los miembros.

Establecer rutina y límites: esto dependerá de lo que le funcione a cada familia, pero ayuda a los hijos a entender que siempre habrá un momento del día en donde hay una oportunidad para hablar y discutir las cosas que nos preocupan.

La especialista Samantha Goldfarb cree que puede existir una correlación de que mientras más comidas un adolescente comparta con su familia, menor será el riesgo de caer en actos de delincuencia, depresión, desórdenes alimenticios y otros.

Un momento en el que no se habla de prisas y obligaciones: aunque podamos compartir otros momentos por separado con algunos miembros de la familia, el estar todos en la mesa sí hace que las relaciones se sientan diferentes.

Isabel Rangel - Comida en familiaAlgunos consejos para comenzar, o retomar, el buen hábito de mantener al menos una comida diaria en familia:

Lo ideal es que comiences desde temprana edad, así estableces patrones clave.

Trata de que sea un momento de armonía, evitando regaños o reclamos. Por el contrario, fomenta la conversación y lo positivo.

En lugar de comer frente a un televisor intenta que sea en la mesa y un momento en el que todos deban participar recogiendo y ayudando a poner la mesa, a servir la comida, y si es posible quedarse un rato hablando sobre algo, cualquier cosa.

No obligues a tu hijo adolescente a conversar, si decide no participar de la conversación respeta su silencio. Poco a poco participará o por lo menos escuchará a los demás.

Cuando tu adolescente te cuente algo en la mesa es muy importante que escuches sin juzgar, mantén abierta la línea de comunicación, si hay algo con lo que no estás de acuerdo trata de informarte bien primero y después expresar tu opinión de forma calmada.

Prepárate para escuchar quejas y resistencia, puede ser que las comidas familiares no sean el mejor plan para un adolescente, pero muchas veces los adolescentes agradecen en secreto.

Se flexible, nadie va a querer comer en familia si se siente como un esclavo obligado, puedes empezar por pedir una comida de todos en familia por lo menos dos veces por semana, o mantenerla todos los días y permitir un día a la semana para faltar por planes personales.

Tener momentos de convivencia en familia es de suma importancia para mantener las relaciones. Son tradiciones que se transmiten de una generación a otra.

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