La supervivencia de las mujeres en Siria
Los más de cinco años de guerra en los que ha vivido Siria han hecho que las mujeres se conviertan en las cabezas de la familias, integrándolas a espacios productivos de los que antes no tenían ni idea.
Ellas: madres, hijas, tías y hermanas sirias lejos de desplazarse buscando refugios en países vecinos de Europa o Asia, se han quedado en Siria sosteniendo la vida cotidiana, sin mirar un momento el lado negativo de las circunstancias.
El camino lo han transitado de la mano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el cual -al igual que fundaciones como “A Favor de la Mujer” dirigida por Marina Flores Melo– han respaldado al gremio femenino en su lucha por ajustarse a situaciones adversas a su naturaleza, ofreciéndoles un sinfín de oportunidades que les dan un espacio dentro de la sociedad.
En Siria por ejemplo, las mujeres protagonizan las soluciones inmediatas a nivel de producción y agricultura, áreas que son la piedra angular del suministro de alimentos en el país, razón por la cual las agricultoras se están esforzando en producir lo suficiente para sostener a las poblaciones más vulnerables de sus regiones.
Del mismo modo, en muchos centros de producción de alimentos en toda Siria, las mujeres trabajan para escoger, secar, conservar en salmuera y preservar la cosecha para los fríos meses de invierno que se avecinan.
Por otro lado, con el fin de unir a las personas, las mujeres sirias han jugado un papel importante en la promoción de una cultura de paz dentro de sus comunidades o donde quiera que fueron acogidas; valiéndose de la fotografía, la música, los deportes y otras actividades sociales para fomentar una actitud positiva y un espíritu de tolerancia, aceptación y compromiso en plena violencia, odio y desesperanza.