Lo que están dispuestos a hacer las grandes figuras de Hollywood
Hay actores que se toman su trabajo muy en serio, no importa si quedar seleccionado para un papel amerita de ellos someterse a los cambios más radicales, como los que ha tenido que afrontar el británico Christian Bale, quien en su rol protagónico para American Hustle tuvo que ganar 18 kilos.
Natalie Portman consiguió el Oscar a Mejor actriz gracias a su interpretación en el film Black Swan. La intérprete de origen israelí se sometió a una rutina de prácticas diarias durante doce meses, para aprender con acierto los movimientos reales de una bailarina de ballet, y de ese modo preparar el personaje que catapultó su carrera en el 2010.
Heath Ledger dejó al mundo un gran legado con su brillante interpretación del Joker, papel que le valió el Oscar póstumo en la categoría Mejor actor de reparto, convirtiéndose en el segundo artista de Hollywood en conseguir una estatuilla postmortem. Para dar vida a su característico Joker, Ledger se confinó durante un mes en la habitación de un hotel de Londres, sin sostener contacto con el mundo exterior.
Renée Zellweger, ahora conocida por sus numerosas cirugías estéticas, tuvo que ganar peso para interpretar al personaje que la dio a conocer en el mundo: Bridget Jones. La estadounidense ganó aproximadamente unos diez kilos en un par de ocasiones.
El trabajo de esta intérprete ha sido reconocido con el Oscar, el BAFTA, el Globo de Oro y el Premio del Sindicato de Actores, siendo una de las pocas estrellas de Hollywood en conseguir los cuatro galardones.
Por La Lupa Digital
