18/05/2024

Armando Guédez Rodríguez y los Prodigios del Ajedrez

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En el mundo del ajedrez hay un término para denominar a aquellos niños capaces de, a pesar de sus cortísimas edades, derrotar a Maestros y Grandes Maestros. Ese término es el de ‘prodigios’. Y sí, hablamos de niños contra adultos porque el juego del ajedrez es el único de los deportes que permite este tipo de enfrentamientos en igualdad de condiciones.

Armando Nerio Hanoi Guédez Rodríguez, Campeón Nacional de Ajedrez, nos habla al respecto en una nota publicada en su portal web y allí menciona el ejemplo de hasta tres niños que han sido prodigio a lo largo de pasadas generaciones y que ganaron reconocimiento mundial por vencer en muchas competiciones y derrotar a grandes de la disciplina: Paul Morphy, José Raúl Capablanca y Samuel Reshevsky.

Morphy (Estados Unidos, 1837-1884), quien comenzó a ganar fama a la edad de 9 años y se convirtió en Campeón Mundial No Oficial, fue considerado en su momento el mejor ajedrecista no solo de su país sino uno de los más destacados de toda la historia. Todavía hoy se le recuerda como uno de los más precisos en su arte aunque, claro, su trayectoria es más triste que otra cosa pues decidió retirarse a los 22 años.

Capablanca (Cuba, 1888-1942) también fue Campeón del Mundo y tuvo un genio muy precoz. Se le llamaba el Mozart del Ajedrez. Propuso una variación complicada del juego a la que se le llamó el Ajedrez de Capablanca, la cual está compuesta para un tablero de 8×10 y consiste en jugar un número mayor de piezas y dimensiones extendidas para mostrar superioridad.

Reshevsky (Polonia, 1911-1992) fue un prodigio que dominó la escena ajedrecística mundial en la década de los 20 cuando sus padres lo llevaron a Estados Unidos. Allí se hizo famoso y es legendaria su rivalidad con el mítico Bobby Fischer.

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