La deuda de 13 millones de dólares que asfixia a Luis Miguel
Conoció la fama a muy corta edad y su imperio musical parecía no tener fin, hasta que en el año 2015 Luis Miguel colmó la paciencia de sus fans, de los recintos más importantes de México y de su disquera, convirtiéndose en un hombre que debe una enorme cantidad por demandas, todas por el incumplimiento de sus contratos.
Warner Music, la misma empresa con la que logró vender más de cien millones de copias alrededor del mundo, lo demandó por casi cuatro millones de dólares; Alejandro Fernández, quien le profesaba una sincera amistad, lo demandó por más de siete millones de dólares al incumplir en una gira conjunta que nunca pudo realizarse; y su manager se suma a esta lista, por una demanda de más de un millón de dólares que conllevó al embargo del Rolls Royce del cantante.
Ahora Luis Miguel, que tiene más de una década sin lanzar un disco, se encuentra agobiado por las deudas, y no parece tener las vías para saldar la situación. Sus breves actuaciones -dejando plantado al público argumentando excusas inverosímiles-, la cancelación de sus conciertos sin motivo aparente y la cantidad de dinero que hizo perder a instituciones y productoras, le han restado credibilidad en el mundo del espectáculo.
A la lista de procesos judiciales se suma el de Aracely Arámbula, la madre de sus hijos, que se queja de que el cantante no pasa tiempo con los pequeños y hace algunos meses que no paga su manutención. Muchos están convencidos de que el ocaso finalmente ha llegado para el que alguna vez fue El Sol de México.
Por La Lupa Digital
