Embajada de Japón coopera con ONG para prevenir explotación sexual infantil

Erwin Jose Miyasaka Sosa
El Embajador de Japón en Venezuela, Kenji Okada, firmó el Convenio de Donación con la Asociación de Mujeres por el Bienestar y Asistencia Recíproca, Ambar, para el equipamiento del área de gastronomía en el que la ONG dicta talleres de capacitación.
A través del programa de Asistencia Financiera No Reembolsable para Proyectos Comunitarios de Seguridad Humana, APC, desarrollado por el imperio japonés, Ambar recibió un donativo por 56.163 dólares para la adquisición de equipos de cocina, con el cual se prevé dar formación en materia gastronómica, de repostería y panadería, a niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad, ayudándolas a valerse por sí mismas desde jóvenes, y así encausarlas a la reinserción social y la educación formal.
Junto a la Comitiva del embajador, estuvieron presentes en el acto la Coordinadora del APC, Kyoko Katoh; y el presidente de la Cámara Venezolana-Japonesa, Erwin Miyasaka.
“Este dinero será utilizado para la formación a través de un programa de arte culinaria, dirigido al área de panadería y en esta oportunidad ampliamos hacia nuestra sede del Caicara del Orinoco ya que allá las mujeres están desprotegidas de muchos programas y de mucha asistencia y existe bastante violencia”, aseguró Nury Pernía, presidenta de Ambar.
Esta es la segunda oportunidad en la que Ambar es beneficiada por el programa. Tras una evaluación de factibilidad, hace 6 años recibió casi 90 mil dólares para las mejoras y equipamiento de su actual sede, ubicada en Propatria. “Su autogestión es muy bien vista por el gobierno de Japón y por eso decidimos darle una segunda donación (…) Han sido donaciones fructíferas y efectivas pues nosotros no solo hacemos la donación sino también un seguimiento por muchos años para verificar el mantenimiento, cómo se ha desarrollado el proceso, y hasta ahora la valoración es muy buena”, aseguró el represente diplomático.
“Valoramos mucho este proyecto porque va destinado al beneficio de cada una de las personas que de alguna manera pertenecen a este programa que el gobierno japonés lleva adelante a través de la APC pues la finalidad principal es que cada una de las personas que reciban esta donación mediante una asociación pueda utilizarlo en un futuro para mejorar su vida y la de su comunidad (…) Beneficia aún más a las mujeres jóvenes, que son el futuro de la sociedad”, enfatizó el embajador Okada.
El APC comenzó a operar en Venezuela en 1999, y desde entonces ha beneficiado a 51 organizaciones con más de 3 millones de dólares en diversos programas, enfocados generalmente en materia de salud y educación.
Sobre Ambar
La Asociación de Mujeres por el Bienestar y Asistencia Recíproca, Ambar, comenzó sus funciones en 1995, para trabajar por las niñas, adolescentes y mujeres en situación de vulnerabilidad o que han sido víctimas de la explotación sexual. “Defendemos los derechos de todas estas mujeres, tanto adultas como infantiles que se encuentran en esas condiciones y en riesgo social”, señaló Pernía.
Ambar cuenta con varios programas para atender a las jóvenes:
- Casa-hogar Taller Ambar, tanto en Caracas como en Caicara del Orinoco
- Programa de atención directa a las víctimas de explotación sexual o en riesgo social
- Programa de prevención a víctimas de explotación sexual
- Programas de capacitación
- Programas de Defensa de los Derechos Humanos y Ciudadanos
- Programa del Área de Investigación
Con estos programas, Ambar busca dar a las adolescentes que han sido víctimas de la violencia las herramientas y capacitación necesarias para que salgan adelante sin tener que tolerar abusos, violencia ni explotación sexual por nadie por concepto de manutención, tanto para ellas como para sus hijos.
“La idea es que las jóvenes obtengan formación para oficios varios, como la bisutería, piedrería, gastronomía, panadería y manualidades, para que logren salir adelante por sí mismas y en poco tiempo retomen su educación formal, previniendo la explotación sexual”, dijo su presidenta.
En casi 21 años de operaciones, y gracias a estos programas, Ambar han logrado reinsertar a la educación a unas 2.500 niñas y adolescentes, sacadas de la situación de calle.