¿Cuáles son los efectos del tabaco en la piel?
El tabaco es uno de los problemas de salud pública de mayor alcance a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año más de 8 millones de personas fallecen en todo el mundo por este motivo. La mayoría lo hacen por un consumo directo y aproximadamente 1,2 millones por exposición al humo de los demás.
Fumar tiene muchos efectos nocivos en la salud de las personas. Los más conocidos, por su gravedad, son el cáncer de pulmón, las enfermedades pulmonares como la EPOC y las patologías cardiovasculares. Esto es debido a que el tabaco contiene un amplio número de componentes químicos tóxicos, principalmente nicotina, glicerol, ácido cianhídrico y alquitrán. Pero se habla menos de los efectos del tabaco en la piel.
La exposición al humo de tabaco no sólo causa un daño severo a los pulmones, corazón y otros órganos internos, sino también a la piel. El humo de tabaco contiene nano partículas tan pequeñas que son fácilmente inhaladas en los pulmones, los tejidos cercanos y la circulación sistémica. Esta exposición puede perjudicar el flujo de sangre, disminuir la oxigenación de los tejidos y dar lugar a estrés oxidativo, provocando una serie de consecuencias negativas para la salud de la piel. Así, pueden producirse de manera directa, por contacto, o indirecta, como resultado del camino que recorre la nicotina y el alquitrán por la vía sanguínea tras ser inhalado.
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Consecuencias del tabaco en la piel de forma directa
El tabaco deja secuelas en la piel, visibles a medida que la adicción aumenta, tal y como explican Marcela Le-Bert y Bernardita Prado, dermatóloga y médico experta en nutrición respectivamente, en su artículo Tabaco y piel. A veces son signos muy evidentes y otras son pequeños detalles que muchas veces no se relacionan con el hábito de fumar, pero que tienen mucho que ver con los efectos de la nicotina en la piel.
Arrugas en la cara
Algunos de los principales efectos del tabaco en la piel son las arrugas prematuras. Aparecen debido al daño que el tabaco provoca en forma de radicales libres, perjudicando la estructura profunda de la piel y contribuyendo a su flacidez, sequedad y pérdida de elasticidad. Además, se reduce la hidratación de la cara a causa del humo que se expulsa al fumar y el que suelta el propio cigarrillo.
El tabaco también influye a la hora de aumentar la cantidad de líneas de expresión, así como a la formación de arrugas en áreas más susceptibles, como los ojos, la nariz y los labios. Esas líneas de expresión se hacen permanentes si alguien fuma una cantidad significativa durante periodos prolongados. Al final se convierten en arrugas profundas, que hacen que la piel esté más envejecida.
Además, el tabaquismo también propicia la pigmentación prematura de la piel, lo que puede afectar su apariencia y hacer que el individuo se vea envejecido.
En definitiva, se puede decir que las personas fumadoras suelen presentar más arrugas que quienes no fuman, sobre todo a partir de los 40 años. A esto se suma que el gesto de fumar, en el que se contraen los labios, hace que se marque el llamado “código de barras” sobre los labios.
Comedones
Los comedones son uno de los efectos de la nicotina en la piel más directos y notorios del tabaquismo en la piel. Se trata de una afección cutánea común y benigna, causada por la acumulación de partículas de tabaco, grasa y células muertas en los poros.
Son poros obstruidos que pueden presentarse en forma de espinillas o puntos negros. Generalmente se localizan alrededor de la boca, nariz y barbilla. Se pueden tratar, limpiando el área adecuadamente, usando cosméticos libres de grasas.
Los efectos antiinflamatorios y vasoconstrictores del tabaco ayudan en la formación de estas protuberancias, por lo que el mejor tratamiento para la piel afectada por el tabaco es evitar su consumo.
Uñas de color amarillo
Otro de los efectos del tabaco en la piel es un cambio en el color de las uñas, haciendo que tomen un tono amarillo. Esto es debido a la acumulación de tóxicos, como la nicotina y el alquitrán, que se metabolizan en el tejido cutáneo y se amontonan principalmente en las uñas. Esto se traduce en cambios visibles en el color de las uñas, como la decoloración y el tono amarillo.
Además, la carencia de oxígeno frena el crecimiento de las uñas y puede debilitarlas y rizarlas. Dejando de fumar se puede detener la aparición de estas manchas y recuperar el color natural de las uñas. De hecho, en pacientes que abandonan el hábito se observa cómo la nueva uña sale de color rosáceo, mientras el resto permanece amarillento.
Lesiones orales
Los fumadores también son más propensos a tener lesiones de la lengua, boca y encías. Pueden experimentar una rápida evolución de la caries dental, más dificultad para curar los problemas bucales después de tratamientos con anestesia local, y un aumento en los riesgos de desarrollar síndrome de boca ardiente, aparición de manchas marrones en la cara y cavidad bucal, que puede resultar irreversible a largo plazo.
Las lesiones orales causadas por el tabaquismo son una consecuencia del tabaco en la piel. A continuación, hablamos de algunas de ellas.
Enfermedad dental crónica
Las enfermedades en la boca y los dientes son uno de los efectos del tabaco en la piel. El humo del tabaco incluso puede destruir los tejidos de la boca, causar halitosis, daño en los tejidos que rodean a los dientes y caries. Las encías pueden agrietarse, sangrar y retroceder y los dientes se pueden volver amarillos y con manchas.
Patologías periodontales
Los fumadores tienen más probabilidad de desarrollar enfermedades periodontales como gingivitis y periodontitis e incluso un mayor riesgo de pérdida ósea alrededor de los dientes. Además, fumar también puede aumentar la presencia de quistes y bolsas en los tejidos alrededor de la boca, lo que puede resultar doloroso.
Puedes consultar toda la información de algunas de las principales enfermedades bucales que hemos mencionado.
Lesiones en las mucosas
El humo del tabaco contiene productos químicos tóxicos que irritan y dañan directamente la superficie de las mucosas, lesionándolas. Estas erosiones son visibles en todas las mucosas del cuerpo, desde la boca al aparato respiratorio y los órganos genitales. Esta irritación provoca sangrado, inflamación, ardor e incrementa el riesgo de infección en la zona afectada. Además, el tabaco disminuye la oxigenación de la piel, lo que contribuye a que las lesiones sean más graves. La única forma de evitar estas lesiones es evitar el consumo del tabaco.
Estomatitis aftosa recurrente
Es una complicación de salud comúnmente relacionada con los efectos del tabaco en la piel. Es una enfermedad común en los fumadores crónicos que consiste en la formación regular de petequias y úlceras en la boca, en la lengua, en las encías y en otras partes de la cavidad bucal. El tabaco además es un factor de riesgo para la piorrea, otra complicación dental seria relacionada con el tabaquismo. Esta enfermedad causa que los huesos y los dientes se desprendan de las encías, lo que puede provocar dolor, problemas de masticación y mal aliento.
Úlceras de la lengua
Estas lesiones son profundas y dolorosas y ocupan una pequeña área de la lengua. Se presentan como una inflamación áspera y rojiza, que puede ser complicada de tratar, pudiendo provocar una hemorragia persistente y, en casos avanzados, la erosión de la lengua. Además de ser dolorosas, las úlceras también pueden causar problemas durante las comidas o para la deglución.
Xerostomía
La xerostomía, también conocida como boca seca, es un efecto frecuente del consumo de tabaco que afecta a todos los tejidos bucales. Cuando se inhala el humo del tabaco reseca la boca provocando sequedad, sensibilidad, cambios en el gusto y en algunos casos dolor.
Esta sequedad puede contribuir a un mayor riesgo de infecciones orales, caries, enfermedades de las encías, mal aliento y una mayor susceptibilidad a problemas de salud en la boca. Además, los labios también pueden desarrollar fisuras, retracción de los bordes y descamación.
Pigmentación gingival
El humo del tabaco contiene una cantidad significativa de nitrosaminas que tienen propiedades pigmentantes. Estas se depositan en el tejido gingival, haciendo que se torne más oscuro de lo normal. Afecta a la estética y también a la enfermedad periodontal, ya que el exceso de pigmentación gingival puede acelerar el desarrollo de enfermedades periodontales.
Melanosis o boca del fumador
Esta afección puede causar manchas oscuras, hematomas y decoloración marrón en la piel. La mayoría de las especialistas cree que los radicales libres del humo del tabaco son los principales alérgenos involucrados en la melanosis de la boca del fumador.
Lengua vellosa negra
La lengua vellosa negra, también conocida como leucoplasia lingual, es una enfermedad bucal comúnmente relacionada con el fumar. Se caracteriza por la aparición de una capa gruesa, de color marrón, en la lengua, a veces con una base blanquecina. Suele ser bastante dolorosa, da sabor amargo a la boca y también provoca mal aliento.
Lesiones cutáneas asociadas al tabaco
Además de las consecuencias directas que hemos mencionado, fumar también perjudica la salud de otras maneras. Algunas son más graves, como las diferentes enfermedades pulmonares que provoca o patologías como la Enfermedad de Crohn, cuyo riesgo es cuatro veces mayor en el caso de los fumadores. Hablamos de las principales consecuencias de los efectos del tabaco en la piel.
Cáncer de piel
La exposición al humo del tabaco provoca un gran daño a la piel, ya que los componentes químicos que tiene pueden dañar el tejido, lo que lleva a la aparición de lesiones con la exposición prolongada. Estas lesiones pueden llevar a la formación anormal de células, que se conocen como melanoma. Diversos estudios también ponen de manifiesto que el tabaquismo aumenta el riesgo de tener cáncer de piel no melanocítico.
Mala cicatrización
La mala cicatrización es uno de los efectos del tabaco en la piel que muchas personas desconocen. El tabaco es un vasoconstrictor que reduce el tamaño de las arterias. Esto hace que llegue menos sangre a los tejidos periféricos, aumentando la liberación de radicales libres e inhibiendo la vasodilatación. Las heridas necesitan bastante sangre para cerrarse y el tabaco lo impide, con el riesgo de posibles infecciones que eso conlleva.
Esto significa que las heridas abiertas y las cicatrices post quirúrgicas tardan en curarse y suelen ser mucho más grandes de lo normal. Por otro lado, el tabaco también puede inhibir el crecimiento de tejido cicatricial y llevar a la formación de cicatrices atípicas, marrones, grises o amarillentas en la piel.
Por último, el tabaco también provoca una aceleración del proceso de envejecimiento cutáneo, por lo que las cicatrices producidas por el fumar pueden resultar más notorias con el paso del tiempo.
Aumenta el riesgo de desarrollo de psoriasis
El tabaquismo se ha identificado como un factor de riesgo para el desarrollo de psoriasis, una enfermedad de la piel caracterizada por parches enrojecidos, hinchazón y una descamación seca y a veces escamosa. Esto se debe principalmente al daño tisular causado por el humo de tabaco, que daña las células y los tejidos productores de colágeno y elastina. Puede provocar inflamación, así como un aumento en la producción de sebo, lo que causa psoriasis sobre todo en su forma pustulosa, es decir, con protuberancias pequeñas en la piel que tienen líquido o pus en su interior. También hace que el tratamiento sea menos efectivo en personas que ya tienen la enfermedad.
Asimismo, inhalar el tabaco aumenta el riesgo de desarrollar otros desórdenes autoinmunes tales como la artritis reumatoide, contribuyendo a un mayor riesgo de desarrollar psoriasis.
Caída del cabello
El tabaco contiene más de 70 sustancias químicas que pueden afectar la salud y la textura del cabello. Además, el monóxido de carbono que tiene el humo reduce la cantidad de oxígeno disponible para el cuero cabelludo y el cabello. Esto hace que el pelo se vuelva seco, sin brillo, apagado y con posibilidad de caída.
Asimismo, se ha comprobado que las personas fumadoras son más propensas a tener canas que quienes no fuman.
Dermatitis de contacto
La dermatitis de contacto por tabaquismo es otro de los efectos del tabaco en la piel cuando se produce una exposición crónica. Causa irritación y enrojecimiento de la piel. El humo que se genera al fumar irrita la piel y disminuye su barrera protectora, dejándola más expuesta a la lesión. Además, el pH ácido del tabaco también puede dañar la piel, lo que resulta en una mayor susceptibilidad a infecciones. Este tipo de dermatitis aparece sobre todo en las personas que trabajan en la elaboración del tabaco.
Si notas alguno de estos efectos del tabaco en la piel, quizá sea el momento de dejarlo. Te animamos a que acudas al médico para que valore qué te ocurre y te olvides de fumar para siempre. En SaludOnNet contamos con especialistas muy bien preparados y con ganas de ayudarte. Además, ahora puedes comprar una consulta con un dermatólogo desde 26 euros