¿Cuáles son las alergias más frecuentes en verano?
La primavera y el verano son épocas en las que aumentan las alergias. Durante estas estaciones la calidad del aire se transforma y las temperaturas experimentan cambios drásticos. Los alérgenos también cambian en términos de cantidad y calidad. Si bien las alergias pueden ocurrir en cualquier época del año, hay alergias más frecuentes en verano.
La alergia es una reacción exagerada del sistema inmunológico a un alérgeno y se estima que, después de la infección del resfriado común, es la forma más común de enfermedad crónica. Cuando el sistema inmunológico se enfrenta a un alérgeno se desencadena una respuesta exagerada en el cuerpo, con una variedad de síntomas desagradables como rinitis, tos, congestión nasal, inflamación de la piel, picazón y ojos llorosos, entre otros. La primavera y el verano son los peores momentos para los alérgicos.
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Alergia al polen
Al hablar de alergias estacionales, el polen de los árboles y las gramíneas encabezan la lista. A veces son difíciles de manejar para aquellos que sufren de asma, ya que los alérgenos desencadenan un ataque que puede provocar dificultad para respirar. En estos casos, el uso de inhaladores es de gran ayuda. La mayoría de las alergias de primavera y verano están causadas por el polen de algunos árboles como el abedul, el plátano de sombra, el olivo, las arizónicas, las cupresáceas y las palmáceas.
Las alergias a las gramíneas son una reacción alérgica al polen de ciertas plantas como la hierba y el musgo. Esta alergia puede afectar los ojos, la nariz y los pulmones. Los síntomas comunes incluyen estornudos, secreción nasal, ojos llorosos, congestión nasal, dificultad para respirar, tos y picazón. La intensidad y la duración de los síntomas dependen de la exposición al polen de la gramínea.
Durante el verano, el polen de los árboles disminuye, pero el de la hierba y las gramíneas permanece elevado en los niveles en el aire. Esto se debe a que, con el calor, los pastos comienzan a crecer nuevamente (el trigo, la cebada y el centeno generalmente tienen un alto grado de alergias asociadas).
Alergias alimentarias
Otra de las alergias más frecuentes en verano son las alergias alimenticias. Se desarrollan cuando el sistema inmune de una persona reconoce un alimento como un alérgeno y desencadena una respuesta exagerada en el cuerpo. Los síntomas se desarrollan inmediatamente después de la ingestión de los alimentos y generalmente incluyen erupciones en la piel, picazón, diarrea y asma.
Los alérgenos comúnmente asociados con estas reacciones incluyen huevos, mariscos, soja, nueces y leche, entre otros. A menudo pueden causar síntomas como estornudos, fatiga, dolor de cabeza, asma y/o problemas digestivos. Durante el verano, el número de alergias alimentarias aumenta debido a la presencia de más alérgenos en el aire y al incremento de la temperatura.
Además de esto, también puede haber un aumento en el consumo de ciertos alimentos que pueden aumentar la posibilidad de tener reacciones alérgicas, como el melón. En la actualidad, la alergia a melón es la segunda alergia a alimentos vegetales más importante en la población adulta española.
Alergia al sol
Esta alergia es una reacción a la luz del sol. Denominada también como fotodermatosis, ha sido reconocida como una de las alergias más frecuentes en verano. La alergia al sol abarca todas las reacciones adversas debidas a la exposición a la luz solar. Puede provocar síntomas muy desagradables como enrojecimiento y picor en la piel, y en ocasiones hasta ampollas. Estos síntomas pueden durar desde unos días hasta algunas semanas, dependiendo de la duración y la intensidad de la exposición al sol.
Los síntomas de la alergia al sol, una de las alergias más frecuentes en verano, suelen ser similares a la alergia común, aunque hay algunos síntomas específicos. Los principales son:
- Enrojecimiento intenso de la piel, que puede extenderse rápidamente por todo el cuerpo.
- Picazón, dolor y ansiedad.
- Erupción cutánea generalizada.
- Mareos, vómitos, náuseas y fiebre.
- Lesiones de la piel, que suelen ser de carácter leve.
Es importante entender que la alergia al sol no es necesariamente una alergia a la luz solar en sí misma, sino más bien una respuesta anormal a algunos de los componentes químicos que se liberan cuando una persona se expone a la luz del sol.
Se deben tomar precauciones para reducir el riesgo de sufrir esta alergia, como evitar la exposición excesiva al sol durante el día, llevar ropa blanca protectora que cubra la mayor parte del cuerpo y usar gafas de sol.
Alergia al cloro
El cloro es un químico que se encuentra en muchas piscinas y puede ser un motivo de preocupación para las personas que sufren de alergias. Está asociada con una respuesta anormal del sistema inmune al contacto con el cloro o con el aire cerca de una piscina. Cuando estas personas entran en contacto con el cloro, desencadenan síntomas similares a los de una alergia común como picazón, enrojecimiento, ronchas o escozor.
Estos síntomas suelen ser leves, pero pueden convertirse en una situación crónica para algunos pacientes. Los niños y los ancianos son especialmente susceptibles a la alergia al cloro, así como a los síntomas que se desencadenan. Esto se debe a que tienen un sistema inmune más vulnerable que el de los adultos.
Por eso es importante concienciar a padres y familiares sobre cómo prevenir las reacciones alérgicas. Las principales medidas de prevención son extremadamente importantes para evitar los síntomas. Incluyen:
- Usar gafas y tapones para los oídos para evitar el contacto ocular con el agua.
- Darse una ducha con agua dulce después de nadar.
- Usar ropa protectora durante los días de pleno verano para proteger la piel.
El tratamiento más común para la alergia al cloro incluye antihistamínicos y fármacos para calmar la picazón y reducir la inflamación. Los medicamentos tópicos, en forma de ungüentos o cremas, también se pueden recetar para ayudar a aliviar los síntomas.
Alergia a la picadura de insectos
Los insectos y sus picaduras son el principal problema para los alérgicos en esta época del año. Las reacciones pueden ser locales, moderadas o severas. Los principales síntomas son:
- Urticaria.
- Inflamación.
- Enrojecimiento.
- Vómitos y diarrea.
- Dificultad para respirar.
- Shock anafiláctico.
Los insectos que más suelen ocasionar alergias en verano son las avispas, abejas, hormigas, mosquitos y garrapatas. Estos animales tienen un mecanismo de defensa con el cual inyectan veneno o toxinas a nuestro organismo, provocando picaduras dolorosas e irritantes. Si el veneno entra al organismo, el sistema inmune lo considera como una amenaza y comienza a producir anticuerpos llamados IgE (inmunoglobulina E). Estos anticuerpos desencadenan la liberación de histamina y otras sustancias, que son las responsables de los síntomas comunes que sufren las personas alérgicas.
Es recomendable que todas las personas con historia personal o familiar de alergia a picadura de insectos acudan al médico y se sometan a pruebas para determinar si son alérgicos o no. Esto permitirá que el médico les indique los medicamentos para tratar las reacciones alérgicas.
En conclusión, son muchas las alergias más frecuentes en verano, aunque hemos intentado desglosar las principales. Si tienes alguna de ellas es importante que lleves un control médico, para evitar efectos indeseados. En SaludOnNet contamos con especialistas dispuestos a ayudarte en lo que necesites, sin esperas y a precios muy asequibles. Ahora puedes comprar una consulta de alergología desde 26 euros.